Me siento un poco sucio después de lo que me han obligado a escribir para la práctica de hoy, y pido a los pocos lectores que tengo, que se abstengan de leer la entrada anterior. Excepto la parte de los grupos anarquistas que posiblemente la liarán en la Boda Real inglesa.
Dicho esto, vuelvo a mis críticas constructivas sobre películas. Prevengo: esta semana estoy un poco clásico, por lo que la mayoría de las críticas irán sobre películas anteriores a los 80. Lo siento, me siento antiguo.
Empezaré mis críticas semanales con «La Máscara de la Muerte Roja», de 1964, basada en el relato homónimo del genial Edgar Allan Poe, y del que me declaro fan acérrimo. Vale, el libro es muchísimo mejor que esta desfasada película sesentera, pero también soy fan de Vincent Price, qué le voy a hacer…
El príncipe Próspero (Vincent Price), un sádico y cruel adorador de Satán, se recluye en su castillo con sus nobles invitados, para escapar de la Muerte Roja, una misteriosa enfermedad que azota a las clases bajas, volviéndolos locos y desangrándolos hasta morir de forma horrible. Allí, entregado a las más perversas crueldades y perversiones, y a sus ritos oscuros de invocación al Diablo, retiene a Francesca (Jane Asher) una joven ingenua y con mucha fé en Dios, quien pretende salvar a su enamorado (David Weston) y a su padre (Nigel Green).Próspero organizará un baile de máscaras, dónde el único requisito es que nadie vaya de rojo. Pero, desobedeciendo sus órdenes, un misterioso personaje embozado en una capa roja, acudirá al baile sin ser invitado, para llevar por fin al siniestro príncipe Próspero, hasta la mayor de las Justicias: La Muerte.
Ni qué decir tiene que, salvo Próspero y la Muerte, los demás personajes son bastante sobrantes y raramente construídos. Y también, que las «perversiones» y «crueldades» de Próspero, en un film dirigido por un realizador actual, variarían considerablemente, y conseguirían darnos asco y miedo, en vez de sólo risa e ingenuidad. Pero así eran los sesenta, amigos míos.
¿Qué encontraréis en «La Máscara de la Muerte Roja»? Satanismo ingenuo, un tipo encapuchado que logra dar un poco de mal rollo, un ejemplo claro de cómo era el cine de terror de los 60, un clásico de la literatura americana y a Vincent Price haciendo de psicópata cruel como eran vistos los psicópatas crueles y déspotas en los años 60. Un clásico vamos.
De cualquier manera, se trata de una película que recomiendo a todos los fans del maestro Vincent Price, aunque, si bien es cierto, éste no es de sus mejores trabajos.
Mundo Ignoto 