Los cuatro etarras están presuntamente vinculados con el asesinato del inspector Eduardo Puelles, la última víctima mortal de la banda terrorista ETa, el 19 de julio de 2009. Entre el material incautado se encuentran 200 kilogramos de explosivos.
La Guardia Civil ha detenido en Bilbao a Lorena López Díez, Iñigo Zapirain Romano, Beatriz Etxeberría Caballero y Daniel Pastor Alonso, ninguno de ellos fichado con anterioridad. Tres de ellos han sido detenidos en Bilbao, concretamente en la plaza Erekalde, la calle Fika y la calle Ollerias Bajas. El cuarto ha sido detenido en la cercana localidad de Galdakao, en el barrio de Aperribai.
Distancia de la Calle Fika, a la plaza Errekalde, en Bilbao.
Se les acusa, además del asesinato del inspector Puelles, de varias acciones terroristas en Vizcaya, Burgos (el atentado contra la casa cuartel en julio de 2009) y Cantabria (el asesinato de un militar en Santoña, Luis Conde).
Según fuentes de la Guardia Civil, esta operación parece tener su origen en varios documentos incautados al exjefe militar de ETA Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias «Ata», el 20 de mayo de 2010, junto a su lugarteniente Arkaitz Agirregabiria.
Este golpe a ETA viene en el momento preciso: justo tras dos semanas del anuncio del alto el fuego permanente, y el abandono del apoyo a la banda terrorista por parte su brazo político: la antigua Batasuna, ahora conocida como Sortu.
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